Historias positivas
De ama de casa a empresaria del bordado
Cuando Leny Ruiz se enteró que en el Centro Comunitario Módulo CEMEX de Planta Mérida, a dos cuadras de su casa, se impartiría un taller de bordado, no dudó en inscribirse. Siempre había tenido la inquietud de aprender esta técnica, que es toda una tradición ancestral en su tierra, pero nunca antes había tenido la oportunidad.
Eso fue hace cuatro años y esta mujer de 39 años aún no puede creer cómo esa decisión le cambió la vida. No sólo aprendió a bordar, sino que ahora está a la cabeza de una cooperativa, denominada Flor del Mayab, donde elabora y diseña sus productos y cuya clientela no se limita a su región porque ya tienen pedidos en el extranjero.
“No me lo hubiera esperado, nunca pensé en llegar a esto, estoy muy contenta”, dice Leny, quien dirige esta iniciativa donde también participan otras mujeres de su comunidad.
Casada y madre de dos hijos, una universitaria de 19 años y un preparatoriano de 16, esta ama de casa se capacitó durante un año y medio, dos veces por semana, y posteriormente continuó su formación. Por su entusiasmo y buen desempeño, recién se convirtió en instructora del mismo centro, con nueve alumnas a su cargo.
Ella aprendió a confeccionar prendas de ropa, bolsos, cosmetiqueras y collares con diseños de su autoría, mismos que ahora comercializa con esta marca registrada. Cuenta que el interés por iniciar un negocio propio surgió de un curso empresarial que les ofrecieron en el mismo Centro Comunitario de CEMEX.
“Por ahora nos manejamos a través de encargos, pero pronto tendremos página en Facebook”, dice.
Los diseños de Leny y sus colaboradoras tienen una esencia artesanal pero con un toque contemporáneo y en su mayoría giran alrededor de la flor como elemento, de ahí el nombre de la firma.
Después de dedicarse media vida al hogar y a la crianza de sus hijos, ahora Leny se prepara para iniciar una nueva etapa como empresaria. Ahora sus jornadas incluyen no sólo la producción de bordados, sino la visita a ferias para promover sus creaciones, que ya se exportan a España.
“Lo que ha hecho CEMEX por nosotros es un gran apoyo. Nos ha influido mucha confianza, no sólo a mí, sino a muchas personas que ahora tienen un ingreso para sus familias. Ojalá más empresas tuvieran este tipo de programas, que son algo fantástico”, destaca.
En los talleres de capacitación para el autoempleo, en Planta Mérida, actualmente se imparten otros cursos, además de bordado tradicional: urdido de hamacas, corte y confección, migajón, alimentos y estilismo.
Y en todos hay ‘casa llena’, señala Gloria Cárdenas, Asesora de Responsabilidad Social y Desarrollo Comunitario de CEMEX Planta Mérida.
“Si sumamos a todas las señoras que están en los talleres en la mañana y en la tarde, tenemos más de 115 mujeres que están recibiendo una capacitación. Nos estamos enfocando en que estas comunidades sean comunidades sustentables”, comenta.
Al igual que Flor del Mayab, hay otras dos cooperativas, Jaguar y Parula, que se dedican al urdido de hamacas y surgieron a partir de los talleres de capacitación para el autoempleo.
Y todo a partir de un pequeño cambio de alcances mayúsculos que, como en el caso de Leny Ruiz, les ha cambiado la vida.
En CEMEX, nuestro compromiso con México nos lleva a desarrollar iniciativas que se enfocan principalmente en:
- La participación activa en el desarrollo de comunidades sostenibles.
- La creación de oportunidades de negocio sociales e inclusivos.
- La promoción del empoderamiento y la construcción de capacidades en las comunidades.