Historias positivas
Museo Jumex: un recinto para el arte contemporáneo
Envuelto por paneles de concreto blanco y mármol de Veracruz, el Museo Jumex no pasa desapercibido en la Plaza Carso, ubicada en Polanco de la Ciudad de México. Su enigmático diseño y volumen envolvente lo convierten, por sí mismo, en una obra de arte que invita a explorar en su interior.
Fue concebido para albergar la colección de arte contemporáneo de la Fundación Jumex, reconocida como una de las más importantes de Latinoamérica y mereció el primer lugar, en la categoría Edificación Educativa y Cultural y primer lugar de Institucional – Industrial Internacional, en la XXIII edición del Premio Obras CEMEX.
Rafael Sevilla, Jefe de Mantenimiento y Proyectos del espacio, explica que el arquitecto británico David Chipperfield recibió la tarea de realizar este proyecto, que se materializó en ocho niveles sobre un terreno trapezoidal: cuatro a nivel superior y cuatro a nivel inferior, así como un generoso espacio multifuncional en la primera planta.
Concreto blanco, acero, cristal ultraclaro y mármol fueron los elementos que se eligieron desde los cimientos y conviven sin protagonismos en el edificio, señala Sevilla. Particularmente, el concreto blanco está presente en las columnas, plafones y muros, así como en los núcleos donde se encuentran los elevadores, la escalera principal y las oficinas.
Tras los estudios previos y muestreos, se eligió a CEMEX por cumplir con los estándares de calidad, tanto desde el punto de vista estético como estructural, ya que se trata de un concreto blanco puro con alta resistencia, de acuerdo a los niveles del edificio.
“CEMEX lo hizo a la medida y a los requerimientos del proyecto y del estructurista, entonces esa amalgama de conocimientos y de darle al cliente el saco a la medida es un gran éxito”, advierte.
Sobre la conceptualización del espacio, que se caracteriza por su amplitud, limpieza y libertad, se buscó que el edificio no opacara a las piezas en exhibición, sobre todo porque el arte contemporáneo se caracteriza por su carácter multifacético y variedad de formatos.
Otra de las características del inmueble es la iluminación natural, que se logró con cuatro grandes domos en el techo escalonado, similar a la estructura de una antigua fábrica. De esta manera, remite a la juguera mexicana Jumex, que aquí comparte su colección artística con el público.
También destaca por su plaza, que se integra al museo de manera natural, de tal manera que los transeúntes se enfrentan al arte aún sin ingresar a las salas de exposición.
“Eso de invitar a ‘estar’, sin estar dentro de un inmueble, es muy interesante y es algo que desde un inicio siempre existió en el proyecto de David Chipperfield y que a la gente le ha gustado mucho, también es un éxito la plaza”, señala Sevilla.
La obra fue inscrita en el Premio Obras CEMEX para buscar un reconocimiento que resaltara el esfuerzo de todo el equipo que participó en su creación, tanto en lo intelectual como en lo material, asegura Sevilla.
“Grupo Jumex y Museo Jumex siente que este premio es de todos los que lo hicieron y todos los que lo construyeron”, advierte.
Después de todo, gestar una ventana al arte contemporáneo, que ofrece una experiencia sensorial para los visitantes, no es una tarea de todos los días.