Historias positivas
Viñedo Decote: Fusión de tierra y concreto
Edificar en el campo, donde no hay mayor punto de referencia que la naturaleza misma, conlleva un tremendo desafío. Ni qué decir cuando se trata de la bodega y la cava de un viñedo, con los requerimientos técnicos que esto implica y con un sello de sustentabilidad.
Así lo reconoce Juan Pablo Serrano, del despacho Serrano Monjaraz Arquitectos, encargado del proyecto Viñedo Decote, que mereció el segundo lugar, en la categoría Comercial y Usos Mixtos, en la XXIII edición del Premio Obras CEMEX.
Esta obra se encuentra en el municipio de Ezequiel Montes, en Querétaro, una zona vitivinícola por tradición que ha detonado con mayor fuerza en los últimos años.
Con la expectativa de crear un inmueble acorde con el entorno, que pudiera dar cabida a una producción anual de 250,000 botellas de vino al año, se conformó un equipo multidisciplinario, desde constructores hasta agrónomos, cuenta Ignacio Calderón, director general de Bodegas Decote.
“Queríamos hacer una construcción que llamara la atención, una construcción ícono de la zona, que estuviera bien hecha y que también respetara el medio ambiente”, añade Calderón.
Además, se buscaba que el mismo edificio hablara de cómo se hace el vino, dice el arquitecto.
El punto de partida era la bodega, que requería garantizar la humedad de las barricas de roble, de ahí que se tomó la decisión de hacerla subterránea, con siete metros de profundidad. La tierra que se generó con la excavación se convirtió en parte de la obra, al mezclarlo con cemento y arena del lugar para hacer ‘adobes tecnificados’ que constituyen el 70 por ciento del volumen construido.
“La decisión fue tomar las vides como un concepto, que ordenaba al mismo edificio, de manera que se generara un diálogo entre los dos elementos. Este orden de cuatro por cuatro nos permitió resolver pasillos, escaleras, pórticos y los espacios de oficinas, lo que son los laboratorios, las salas de tanques y toda la parte de las bodegas”, explica Serrano.
Con el soporte de CEMEX, se encontró la receta perfecta para los tabiques: un trabajo de laboratorio tan preciso como el de la preparación del vino con las diferentes mezclas de las uvas y su periodo de reposo en las barricas.
“El abrir este panorama de los materiales que existen, sobre todo en la campiña, de cómo se puede trabajar con la misma tierra del lugar creo que es uno de los grandes retos que se tuvo”, comenta Serrano.
El concreto gris, presente en la estructura y el contenedor del sótano, es una garantía de resistencia y durabilidad, no por nada se le conoce como la piedra del Siglo XX, dice el arquitecto.
“Es la estructura más estable y resistente. Entonces, combinar el concreto con la tierra, combinarlo con estructura metálica, combinarlo con madera y metal, creo que es esta esencia de la arquitectura contemporánea: dejar los materiales expuestos”, comenta.
CEMEX y la constructora, que en este caso fue Convive, tienen esa cercanía y asesoría para tener siempre puntual, a pie de obra, el tipo de olla con los agregados y el tipo de resistencia en base al cálculo estructural, dice el arquitecto.
El despacho Serrano Monjaraz Arquitectos ha participado desde hace varios años en el Premio Obras CEMEX. El arquitecto dice que ver los frutos, traducidos en un galardón, es un estímulo para seguir adelante, dice.
“Que encontremos esa satisfacción en el trabajo y que a su vez, dentro de algún premio nos lo festejen, nos siguen dando esa energía extra para poder seguir trabajando con pasión”, añade Serrano.